lunes, 2 de febrero de 2015

El patio


El patio
El patio de mi abuela
Patio de vecinos
Patio de cruce
Patio donde se desarrollo mi infancia, por lo tanto patio de grandes recuerdos, recuerdos grabados a fuego como son los de nuestra niñez.
Yo allí fui feliz  junto a mis tías, abuela, primos y  por supuesto junto a mi madre y hermanos.
Vivir un solo día de aquellos sería maravilloso.
Patio de cantos en donde asomaban esos ramilletes de manzanilla.
Patio en donde se sentaban sus vecinas  en invierno buscando el solecito y en verano la sombra. Allí las podías ver  cosiendo, pelando patatas, zurciendo, peinando la peinadora con esa  bandolina, merendando esas catas de agua y azúcar, mondando rosa  o simplemente espulgando lentejas.
Patio donde se mezclaban olores a tortilla, judías, lentejas, gachas, potaje o simplemente unas sardinas fritas.
Patio de juegos, de meriendas, esos ricos mojicones, o esos polos de fresa que los recuerdas y parece que los estuvieses saboreando.
Patio de risas de alegrías de tristeza y llanto.
Patio de juegos píndola, escondite, pillado, taba, corro y tantos otros.
Patio de desollones en rodillas y codos culpando siempre a otro de tus caídas pero sin enfados por parte de nuestras madres que siempre terminaban diciendo eso no es nada un poquito de mercromina y de vuelta a tus juegos (hoy sería motivo de ir a urgencias )
Ese patio me trae recuerdo especial de mi abuela mujer de frágiles manos como toda ella una mujer frágil y a la vez de fuerte genio, mi recuerdo es viéndola coser bajo la ventana de su cocina comedor, cuando el tiempo acompañaba  y cuando no sentada bajo la lacena junto a su brasero de picón vigilante de todos sus nietos que no dejábamos de pasar a esta habitación de escasos enseres  y a la vez tan acogedora, en donde a veces  cuando  dejábamos correr en el patio podíamos juntarnos nueve niños dentro y jamás acercarnos a esa banca, esa mesa que disponía de un hule de papel de periódico, ni que decir tiene de acercarnos a la máquina de coser .
Creo que no hubo un solo día en mi niñez que yo no pisara ese patio pero allí fui feliz creo que muy feliz seguro que era debido a que sin tener nada tenía todo pues estaba rodeada de toda la gente  que yo quería y que sin lugar  a dudas  me querían.
Maravillosos los buenos recuerdos  que nos vienen a nuestra mente sin el menor esfuerzo y lo más maravilloso poder disfrutar de esas imágenes  que no necesitaron ser grabadas y sin embargo  las ves tan nítidas.
Todo mi recuerdo para todas esas personas que en algún momento compartí ese maravilloso patio con ell@s y hoy no están entre nosotr@s  un gran beso

No hay comentarios:

Publicar un comentario