En este charco helado patinamos con nuestras catiuscas |
Calle del santo, calle de mi niñez de juegos, risas,
llantos, porrazos que desollaban rodillas y codos calle por la que veía llegar
a mi madre de hacer sus compras o con un cántaro de agua a la cadera, ver
llegar a mi padre de vuelta a casa, mis abuelos sentados en su acera, los
carros y remolques aparcados que tantas veces nos sirvieron de escondite,
sentir a mi madre llamarme a grito pelado, todo esto para mí ya la hace una
calle importante en mi vida.
La anduve miles de veces en mi caminar al colegio, para
hacer recados a mi madre, para ir al estanco de la tía María a por un celta
corto para mi abuelo, donde Olympio y Juana por yogures o unos zumos fresquitos
de la prosperidad, donde los chivirines por la leche cada día, a jugar un rato
al matadero, donde Paca por una bolsa
patatas de Fortunato.
Mis abuelos Vivían en esta calle divisando la calle Cabo Noval
que era la mía por eso hoy hablare de ellos para mí era lo más importante que
yo tenía en esta calle
.
.
En esta calle también vivía una hermana de mi abuela,
Clotilde a la que yo visite infinidad de veces con mi abuela y en muchas
ocasiones con mi madre.
Mis abuelos paternos fueron muy importantes en mi vida mi
abuelo porque fue el único que conocí, recuerdo como cada domingo llevaba un
nieto al cine ya que no se podía invitar a todos a la vez eso si solo a los
chicos, eran tiempos diferentes, no quiere decir que a las chicas no nos
quisiera porque a mi hermana la adoraba, igual a todas pero ella era la
pequeña, también nos solía dar para que fuésemos a comprar un polo parece que
lo estuviese viendo venir de la cerámica y salir a su encuentro a la vez que
venía corriendo su perro cuqui era una persona entrañable al que yo creo que
deberían querer mucho familiares y vecinos del pueblo.
Sus nietos mayores disfrutaron algo más de él, otros en
cambio todavía éramos muy niños cuando lo perdimos para mí fue la primera
perdida de un ser querido y sobre todo recuerdo la tristeza de mi padre en los
pocos días que estuvo enfermo y los llantos de mi abuela.
Este suceso para mi tubo un cambio importante en mi vida
pase sin comerlo ni beberlo a dormir con mi abuela no es que yo no quisiera ir a dormir con ella
pero no podía entender que teniendo tantas nietas tuviese que ser yo nunca supe
el motivo, pero a pesar que esta circunstancia me robo tiempo con mis hermanos
y padres, me aporto grandes vivencias con mi abuela una mujer de mente abierta.
La primera noche llore mucho cuando mi madre me llevo
recuerdo que mi madre decía porque no quieres ir con tu abuela y yo decía que
no quería dormir con una vieja sin embargo llorando me dormí abrazada a ella
cuantas cosas me contó en esa cama que compartiríamos años todo lo que ella me
contaba giraba en torno a mi padre ahí conocí toda la vida de mi padre a veces
le decía cuéntame otra vez esto y no se cansaba de repetirme las cosas que
bonito hubiese sido que estuviese grabada alguna de esas conversaciones oír con
que amor hablaba de sus hijos.
Yo quise mucho a mi abuela era una gran persona feliz cuando
los demás tenían cosas que ella no tuvo nunca siempre que la recuerdo la veo
como le decía a mi madre cómprate un frigorífico que te vas alegrar cuando lo
tengas y una lavadora que te va quitar mucho trabajo y así con todas las cosas
que iban saliendo al mercado cuando ella no disponía de nada.
Cuando nos cambiamos de casa siempre me llevaba mi hermano
en verano hasta cruzar la carretera y en invierno hasta su casa y ella siempre
esperando que llegara fueron buenos años de verdad que si abuela aprendí mucho
contigo sobre todo conocí la vida y milagros de mi padre ese ser maravilloso
que fue para mí y que tu pusiste tu granito de arena para que así fuese.
Esta fue la calle de mis juegos, enemigos, tres en raya, las
chinas, taba, escondite, pillado y tantos otros de los que un día escribiré.
Por esta calle pasee vestida de comunión de corto como ya
pocas iban pero no me causo ningún trauma y hoy pienso que quizás fuese el
mejor de todos los vestidos de aquel año ya que lo hicieron las manos de mi
madre y estoy segura que le puso mucho amor y además me hizo otro para la
tarde.
En la casa de mis abuelos también pase una enfermedad dura
sobre todo para mis padres y abuela por darse la circunstancia de estar yo a su
cargo porque mis padres se encontraban cogiendo aceituna en Manzaneque y como
los medios no eran los de ahora un taxi tuvo que ir en su busca ya que Don
Manolo dijo que no había solución la verdad lo pase muy mal y no me pudieron ni
trasladar a mi casa tuvo que ser mi madre quien se trasladase conmigo me mimaron
y todo lo recuerdo como un sueño.
Allí en la puerta de mis abuelos leí montones de cuentos de
princesas que se compraban en sobre cerrado como sorpresa doblados por la mitad
por ello los cambiábamos como los cromos leí los tebeos de mi hermano del
Jabato y los del Capitán Trueno incluso leí novelas de Corín Tellado de mi
prima Upé.
Allí mis hermanos y yo vivimos nuestra infancia la pasamos
con mis tíos Flores y María y junto a sus tres hijos Angelita, Upé y Pedro en
la misma casa pocas comodidades, pero en armonía familiar Pedro y mi hermano se
llevaban apenas un año por eso además de primos siempre fueron amigos.
Son muchas las cosas que podría contar de mi caminar entre
Cabo Noval y Calle del santo porque allí transcurrió mi vida hasta los 12 años pero
este es mi pequeño homenaje a mis abuelos paternos Padre Clo y Madre upé como
todos vuestros nietos os llamábamos OS QUIERO
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